
Cautivar usuarios con el diseño emocional
Una de las definiciones de Experiencia de usuario es “Como el usuario interactúa y responde a una interfaz, servicio o producto ”. Esa respuesta de la que se habla en esta frase son las emociones. Todo lo que está a nuestro alrededor ha sido diseñado de alguna manera y esto nos impacta de forma personal en nuestras emociones. Pueden ser sentimientos buenos o malos pero siempre habrá. Dice un viejo adagio de diseñadores de experiencia que “Siempre habrá una experiencia sin importar que haya sido diseñada o no”.
¿Qué es el diseño emocional?
Cuando nos referimos puntualmente al diseño de aplicaciones también podemos ver cómo las emociones de los usuario influyen en el uso de estas. El diseño emocional es una rama del diseño que busca despertar una respuesta sensorial en los usuarios. El diseño emocional tiene tres principios básicos que son aplicables al diseño de aplicaciones:
Visceral: este principio dice que todo entra por los ojos y tiene mucho sentido. La vista es el primer sensor que tenemos para recibir estímulos. Está comprobado que sentimos más atracción por lo estético que por lo funcional. Es simple en el mercado existen muchas aplicaciones con funcionalidades similares pero a la vista de los usuarios la que tenga mejor estética parecerá más fácil de usar, puede que esto sea falso pero estamos respondiendo a lo que nuestra vista nos permite entender.
Conductual: se trata de cómo funcionan las cosas, que tan fácil me parece interactuar con el producto. Cuando el diseño logra eliminar la fricción que puede existir al utilizar un aplicación entonces la percepción de los usuarios cambia totalmente. El nivel conductual del diseño emocional no tan solo tiene que ver con la facilidad para usar el producto sino con el placer que produce el haber completado una tarea sin dificultad.
Reflexivo: en este nivel del diseño emocional depende de la percepción que tenga el individuo sobre sí mismo. Se basa en cómo el usuario piensa que lo verán los demás al elegir un producto u otro. Si pensamos que usar un producto me dará cierto estatus ante un la sociedad es más probable que lo elijamos. Este principio también dicta en que nuestras emociones van a variar si consideramos un producto útil a corto o largo plazo.
¿Qué podemos hacer para que nuestros diseños despierten emociones?
Cuida la estética: recuerda que nos convencemos primero por lo que vemos, piensa en la estética como una funcionalidad más porque así lo es. Un producto cuya presentación esté bien cuidada da una sensación de calidad incluso aunque no lo sea.
Define los caso de uso: cuando diseñes en un aplicación piensa en el momento en que los usuarios tendrán la aplicación en sus manos. El diseño debe ir atado a usabilidad porque es lo que hará que los usuarios se queden cautivos al producto.
Añade valor: en el mercado habrán muchas opciones parecidas a la tuya que compitan en presentación, en funcionalidades pero lo que hará la diferencia es el valor que le pongas. Es el cherry on top de tu aplicación que lograste poner porque conoces a tus usuario mejor que otros y está pensada para ellos.
Diseñar para despertar emociones marca una diferencia notable entre un producto y otro. Las aplicaciones se crean para funcionar en máquinas pero son usadas por personas que piensan y siente y eso influye en el modo en el que interactúan con su entorno.
Te invito a seguir leyendo más artículo como este y que dejes un comentaria para seguir aprendiendo sobre diseño emocional.